Estándar MyMicrobiome 20.10 – Microbioma de la piel de bebé

Garantiza la mayor pureza microbiológica posible del producto para el cuidado de bebé. Primero se examina el producto para detectar contaminación por mesófilos y microorganismos aeróbicos, es decir, bacterias, levaduras o mohos (TAMC y TYMC). Para productos para la piel del bebé, el límite es ≤ 1 x 10² ufc/g o ml.

El equilibrio entre el germen cutáneo más común S. epidermidis y el germen dañino S. aureus no deben verse afectados por el producto de cuidado. El producto se añade a un cocultivo con ambos gérmenes durante un tiempo determinado y luego se compara la proporción de los dos microbios con el grupo de control no tratado. La influencia del producto de cuidado personal no debería favorecer a S. aureus.

Se cultivan los microbios clave típicos de la piel del bebé. Para la norma 20.10, estos son C. tuberculostearicum, C. acnes, S. epidermidis, S. mitis y L. crispatus.

Se añade un cocultivo de todos los gérmenes al producto que se va a probar y se compara el cambio en la diversidad con el grupo de control no tratado. Es necesario mantener la diversidad del microbioma de la piel del bebé en términos de los microbios clave más importantes.

Un producto respetuoso con el microbioma para la piel del bebé no sólo debe mantener la diversidad, sino que tampoco debe ser perjudicial para el crecimiento de los microbios. La prueba simula el contacto con la piel en un modelo. Cada germen clave entra en contacto directo con el producto. En otro método, el germen se cubre con una capa de agar y se aplica sobre él el producto que se va a analizar. Esto simula la posible penetración del producto en capas más profundas de la piel. El crecimiento microbiano de ambos métodos se compara con el del grupo de control no tratado; el crecimiento no debe verse influenciado significativamente.